Carta semanal y otros 27.04.2024
“La verdad es que debiera reconocer una precaria incapacidad para escribir lo que me pasa, lo que en mi existencia sucede, lo que mi biografía propone, nada me interesa menos que yo mismo, y lo digo con una radicalidad sospechosa pero no mendaz”. A medio camino entre la filosofía y la literatura, es fácil entender por qué Mateo Díez ha sigo galardonado con el premio Cervantes. En la era del yoísmo, quien aborda al otro con una pregunta en los labios, es el rey. Soren Kierkegaard solo necesitó un párrafo en Migajas Filosóficas para escribir un tratado de liderazgo; su propuesta simple, liderar es servir, ser la ocasión para que el otro alcance su plenitud. El líder nunca habla del yo, Harvey Specter lo sabe, que hablen de ti los otros.
En una escala de grises infinitos, la vía intermedia suele ser la mejor solución. La pregunta, en este caso, es el claro ejemplo de eso que en estrategia comercial se llama win-win. Por un lado, abre a la escucha y por el otro, busca provocar un razonamiento. Solo desde la humildad y la curiosidad se puede avanzar, pregunta en mano, hacia un destino desconocido y quizá hostil, pero no por ello menos deseado. La confianza en el desconocido futuro, se acrecenta respuesta a respuesta. Mateo se abraza a lo desconocido, poniendo las respuestas en boca de personajes a medio camino entre lo real y la ficción: “Mis personajes no tienen tanta nobleza, pero son conscientes de alguna ejemplaridad heroica (…) A ellos vivo entregado, ya que son ellos quienes me salvan a mí.”
Con el paso de los años, como pasa con algunas maderas, las personas se pueden volver más rígidas o más flexibles. La pregunta suele ser un tratamiento habitual que favorece la flexibilidad. Incluso en twitter se encuentra esperanza, en este caso en una respuesta a un polémico tweet de Cuartango: “gente como usted son los que rompen el ‘sesgo de confirmación’. No suelo estar de acuerdo, pero me encanta escucharle y más de una vez me hizo replantear y cambiar de opinión.” Probablemente, el arte de preguntar tenga mucho que ver con el toreo, muchas tardes entrenando, algunas intentándolo de verdad y las menos, triunfando con alguna respuesta que venga cargada de verdad y placer. Mi reconocimiento y más sincera enhorabuena al ganador. Es una victoria aplastante en la vida, dejar de ser interesante para uno mismo a la vez que te conviertes en un ejemplo y referente para los demás. Salud!
· https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2024/04/23/6627e04fe9cf4a774b8b4579.html
La entidad de mis personajes no estaba, así, eximida de una incierta heroicidad, tan cervantina y quijotesca, en aras de una imaginación liberadora y redentora, siendo acaso héroes del fracaso, como así me gustó denominarlos, pero no por la precariedad de quien prescinde de la pasión de vivir, de la aspiración del vividor que puede fracasar en sus extravíos o ideales, a quien la realidad derrota con el sufrimiento de una voluntad herida o de un sentido común contrariado.
· https://www.elmundo.es/opinion/columnistas/2024/04/22/662145fee9cf4abb638b45c3.html
Cómo sería tu vida -y tu futuro, y tus circunvoluciones cerebrales, todo- si esta distopía actual no fuese la de una digitadura que te prefiere embridado, que te tiene sometido, que te quiere con la cabeza gacha uncido a la pantalla. A ti, nada menos que a ti, hijo, justamente a ti, que de pequeño la levantabas con insultante curiosidad y mirabas bastante más lejos que tu padre.
· https://elpais.com/opinion/2024-04-23/con-los-ojos-abiertos.html
En aquel discurso de Alcalá en 2018, recordé lo que había ducho sobre la poesía otro premio Cervantes, José Manuel Caballero Bonald, al recibirlo en 2012: “Esa emoción verbal, esas palabras que van más allá de sus propios límites expresivos y abren o entornan los pasadizos que conducen a la iluminación, a esas ‘profundas cavernas del sentido a que se refería San Juan de la Cruz’¨.
· https://www.jotdown.es/2024/03/jacobo-bergareche-entrevista/
En mi caso era como una forma de automanipulación, de inducirme a mí mismo determinados sentimientos. Si quería estar enamorado, no me conformaba con algo de andar por casa; no, yo quería estar muy enamorado. Y las canciones me servían para eso. La canción no tenía que ser necesariamente buena, pero al estar vinculada a un beso o a una despedida, se cargaba de sentimiento y al oírla volvía a experimentar aquellas emociones. Por lo general era un deseo de intensidad; de vivir con toda la pasión posible. Del mismo modo, si estaba enfadado, quería estar muy enfadado. Creo que a mí me gustaba trabajar con los sentimientos como si fuesen arcilla, y darles forma, y sublimarlos.
· https://gaceta.es/opinion/echar-broncas-a-los-muertos-20230615-0555/
Hay dos posturas básicas ante el pasado, la furiosa y la lúcida. La primera pretende nada menos que arbitrar conflictos pasados y a menudo reírse de lo que pensaban quienes no contaban —perdone la obviedad—con la información accesible al furioso cateto que protesta. La segunda indaga el pasado con ánimo de comprender, no para disculpar, sino para seguir avanzando, porque además es consciente de que ningún progreso moral está a salvo de revertirse si nos descuidamos. La primera postura es paleta y faltona, barrabaresca en cuanto a su filosofía, exaltada y gritona en cuanto a sus performances. La segunda ama el estudio y es reservada, y agradece los errores de nuestros antepasados en la medida en que nos enseñan. La primera postura es cobarde, ignorante y anticívica. La segunda es honorable y sabia.
Buen fin de semana a todos!
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